miércoles, 20 de junio de 2007

Las alas y la muerte

Con el peso de unas alas de cemento intento levantarme por milésima vez y solo consigo desgarrarme tironeando de cada nuevo impulso. Cuando me rindo, me río de mí misma. De cara al suelo, en medio de aquel tibio charco del primer elemento. No me duele el dolor, me duele mi propia ingenuidad, mi propia torpeza. Entonces, con el leve peso de unas alas de ensueño me disparo hacia todos las versiones posibles de un nosotros de cielo. Y hasta ahí vas distante, a desgano, con miedo. Ya no quiero más alas. Ni bordadas de oro. Ni tejidas con palabras. Ni apretadas a los tobillos con cientos de cadenas. Ya no deseo el aire, ni el vuelo de luciérnaga boba. Prefiero las piernas ancladas en la tierra. Las manos rotas curando las heridas, amasando el pan, desgajando lentamente cada día. Prefiero los ojos bien abiertos para poder ver qué lejos estás, cómo te vas diluyendo, como te dejo como a un vestido viejo.

2 comentarios:

Simink® dijo...

1º que extraño es ver esto sin la compañia de una imagen...

2º noto que andas bajon, necesitas hablar o algo!?

nena, no te pongas mocha, se que no soy el mejor ejemplo para hablar sobre ciertos temas que a mi me atacan de una manera en la cual practicamente consumen mi existencia, pero bueno... pensa que las cosas llegan con su tiempo... cuidate mucho! y espero que estes bien...

griselda dijo...

1º me quedé sin imagenes

2º no te preocupes, estoy bien.