
Es la última lágrima que duele. Es el último golpe que con el aire, el aire me golpea. Nunca más la que fui. Nunca más herida por lo que no seré. De hoy en adelante, el pasto por pisar y por oler. De hoy en adelante el grito que aturda éste destino desencontrado y bobo. Que las cárceles teman por sus barrotes. O que mueran de pié, tiesos y firmes. La materia de la que estoy hecha es tan sutil que viaja en el aire como el polen. Tan fecunda como el viento que moldea la roca a su medida. Tan persistente, como el sonido de las olas en los espirales de marfil de un caracol sediento de agua.
Para vos éste perfume imposible de sujetar. Para vos ésta sombra que se derrama para alcanzar su libertad.-